El presente proyecto, es consecuencia de un concurso restringido en el que se plantea implantar un Ateneo de Fabricación, Creación e Innovación, en dos plantas de un edificio residencial construido en 1872. Ubicado en medio de la emblemática calle Montcada del distrito de Ciutat Vella de Barcelona, es fácil reconocer en este eje cultural delimitado por el Mercado de Santa Caterina y el Mercado del Born, la estructura medieval característica de los palacios residenciales entre medianeras que brillaron durante el gótico civil catalán.
Este es el caso del edificio objeto de intervención, aunque la necesidad de densificar los edificios existentes a finales del siglo XVIII desvirtuó mucho su tipología. Aquí por ejemplo ni se respetó la estructura de tres plantas con crujías simples, ni se tuvo en consideración la ubicación de la escalera descubierta que conducía a los nobles a la planta principal a través del patio central, así como tampoco se tuvo en cuenta la riqueza del desdibujado umbral que en dicho entorno existe entre el espacio público y el espacio privado. Entre el interior y el exterior del lugar.
Dada la afluencia y la accesibilidad del nuevo programa previsto, se presentó la oportunidad de dar sentido a este discurso, recuperando el patio central como eje principal de acceso. Aquí, una nueva escalera implantada en el centro del patio, invita a entrar desde la calle reconquistando la idea de unos portones abiertos permanentemente frente un vestíbulo noble acicalado. Sin duda, un recorrido ceremonioso que, despojando postizos añadidos y dando acceso a los dos niveles superiores del nuevo uso, crea el suspense necesario para enfatizar la ambigüedad de interpretación entre los elementos ya vistos y todavía no vistos en el lugar. Dos plantas vilmente zarandeadas que en un minucioso trabajo de arqueología, también son desnudadas, limpiadas y recuperadas hasta que muestran su original esplendor. Es entonces cuando se decide posar cuidadosamente unas cajas que implementan un nuevo programa con carácter reversible.