CASA CON PATIO ENTRE DOS TERRAZAS
La intervención se sitúa en el ático de un conjunto residencial construido a finales del siglo XIX en el barrio de Sants. La vivienda se encuentra en una posición retirada respecto del plano de la fachada principal. Una práctica habitual de nuestras ciudades que tanto beneficia a las calles aportándoles más luz y aire, como favorece a los vecinos muchas veces dotándoles de una terraza de uso común.
En nuestro caso particular nos encontramos con un piso de 40m² con dos terrazas y un patio de luces central.
Las terrazas presentan una contradicción. En la terraza principal orientada a Sur que da a la calle, siendo de uso privado, el acceso a la misma se realiza exclusivamente a través de la escalera comunitaria. En la terraza posterior orientada a Norte, que da al patio de manzana, unos cerramientos han anulado el carácter exterior del espacio ahogando su interior.
El patio de luces, no cumple su función; siendo inaccesible, sus aberturas pequeñas, ni permiten ventilar ni aportan luz al espacio.
En cuanto a la terraza principal se decide anular el acceso comunitario y transformar dos pequeñas ventanas de dos antiguas habitaciones en un doble acceso privado. Esto permite ampliar la vida interior posibilitando el disfrute de un espacio exterior, en el cual, una barbacoa y un trastero con cubierta ajardinada que trepa a través de una pérgola a modo de puente entre ambos, protegerá al usuario con una sombra caduca en los meses calurosos.
En cuanto a la terraza posterior se determina eliminar todos los cerramientos superpuestos. Así se redescubre una fachada que en origen aportaba aire y luz a las estancias interiores. Todo esto consigue que la casa vuelva a flotar entre dos espacios/terrazas exteriores; quizás por primera vez en conexión directa con el interior. Es en ese momento cuando el patio de luces parece coger más interés, pues al liberarlo de su contención, se revela su sentido, trascendiendo su funcionalidad, pues ahora no solo la casa pivota entre dos terrazas sino que cada una de sus estancias lo hace entre dos espacios exteriores reproduciendo en una escala menor lo que sucede en un orden superior.
Establecidos estos nuevos diálogos sólo cabía concentrarse en la materialidad y en la organización del espacio proyectual. Unas catas iniciales revelaron unos valiosos pavimentos hidráulicos que fueron recuperados y osteriormente reubicados acorde al nuevo programa. Unos cañizos deteriorados por la humedad fueron eliminados dejando a la vista unos elementos estructurales de la cubierta que se encalaron. En medio del espacio se decidió ubicar una caja de abeto que contuviera las zonas húmedas separando el sector público del privado, permitiendo a través de ella una muy útil libre circulación entre los espacios. En el interior de la caja, una ducha de rasillas se extiende hacia el patio. En realidad, es el exterior el que se ha espaciado por toda la casa.